Los Amigos del Jardín

Otra vez los “bee-boys” me venieron, llamaron a nuestra puerta. Era una noche de verano, caliente con fragrancia de flores en el aire. Ellos eran serios, en misión sagrado. Solo van en noche, siempre llevaban ropa oscura, suétores rizados negros con franjas de narajana.

El alto habló primero: “Hemos venido servir su reina. Esta listo?”

En la jardín del otro lado del calle mi esposa guarda un colmena de abejas. Yo seguió los hombres aquella. Antes las han emitido poco palabras, pero ya era una lectura a criando abejas. “Ponemos una rejilla entre los dos camaras de la colmena, con las abeturas tan grande para zánganos sino no para la reina. Luego seperirimos las cajas.”

Quién los chavos? Mi esposa esta asociada con algunos personas extrañas. Esos estaban “Los Amigos del Jardin.” Uno era alto, uno era debajo, los dos tuvieron lo mismo ojos locos, ojos de oro con un facha facetada. “Ya tenemos el equipo. Tiene dinero?” el alto dijo.

“Esta es?” Yo les preguntó. Era nada pero una rejalla metallica, pie y medio cuadrado. “Ciento y cinquenta dolares por esta?”

“Tendremos mucho miel en otro lado,” El debajo dijo, se lamó sus labios, “Mucho miel.” Él empezaba a vestirse en traje de malla, su cara, esos loco, loco ojos amortigua en sombra.

“Necesitamos sedar las abejas con humo,” me dijimos. Uno lo tiró encendedor de bolsillo y enrollo papel de periodico para quemar. Ponió punto del fuelle en abetura de colmena y encendió una fuera, empusando el humo de dentro.

“Vendremos en la noche,” murmuró mientras lo volvo lo humo dentro la colmena. “Los nubes oscura caerán. Duerman. Duerman, mis amigos pequenos. Cuando se despertaran sera vez empezar criar su reina nueva.”

“Duerman, duerman,” le acuerdo el otro hombre, bailo extraño. Quién los chavos?

No tenía miedo de las abejas sino no llevaba traje protectivo, solo mi camiseta. Y aunque yo he escocido mucho antes, no lo quería de nuevo. Ahora no la sentió la noche estuviera tan caliente. Algo los rozo los vellos de mi brazo, como un escalofrio, tal vez una trabajador que la regresó a la colmena antes la fin del dia. “Cúal pensaría tal individual?” yo me pregunté. Monstruos miticos? Gigantes oscuros?

Ya los gigantes la leventaron la sección de arriba, y miramos de dentro. Eran milles de abejas se despiertas todavia, un panal rebosando con cuerpos pequeños. Comprendía de repente que un aguijon era nada, pero un mil picaduras la significarían mi muerto. Pero no lo pasó. Aun vivo.

Bueno, entonces por que yo le digo eso cuento? No tiene el punto filosofico o religioso como el previoso. Es muy dificil decir que se significa. Solamente descripcion de algo que ocurrió. Pero la historia no se terminaba aquella—yo lo diré luego.